Finalmente, el martes fuimos testigos de algo inédito en la historia política Argentina: un presidente recién llegado no logro su primera Ley. Lo particular del caso, un presidente con 38 Diputados Nacionales y 7 Senadores, pretendía realizar un giro copernicano del aparato productivo e institucional de la República Argentina abanderado en un supuesto consenso popular para tales cambios, pero que, en la realidad democrática de nuestro país necesita de una construcción de mayorías parlamentarias que hoy parece no tener.
Más allá de la primera reacción pública de las principales figuras del gobierno, como Guillermo Francos – Ministro del Interior – y Oscar Zago – Jefe de Bloque de LLA -, que parecían no entender que el pedido de vuelta a comisiones del Proyecto de Ley, según el Art. 155 del reglamento interno de la HCDN, significaría la vuelta a foja cero y casi transformar a ese intento de refundar el país en letra muerta. El Gobierno, rapidamente a través de sus replicadores en los grandes medios y las redes sociales, comenzó a construir el relato de, que lo que a todas luces fue una derrota legislativa sin precedentes debido al maltrato del Presidente para los sectores “dialoguistas” y el amateurismo para la rosca palaciega de quienes debían juntar los votos en la cámara, fue una jugada de Javier Milei para dejar expuesta a “La Casta” que pone palos en la rueda a un gobierno en sus planes de bonanza y prosperidad que llegara luego en una media de 20 a 30 años de sufrimiento.
Con la consolidación de los medios masivos de comunicación, sobretodo el boom de las Redes Sociales, como un vector fundamental en la construcción de nuestras subjetividades ha dado lugar a la posverdad. según Ralph Keyes en su libro The Post-Truth Era (2004), “Vivimos en la época de la posverdad porque su credo se ha asentado entre nosotros: la manipulación creativa puede llevarnos más allá del reino de la mera exactitud hacia un reino de la narrativa de la verdad. La información embellecida se presenta como verdadera en su espíritu, y más verdad que la misma verdad”. Este suceso lo podemos identificar como piedra basal de los fenómenos globales conocidos como Populismos de Derecha, que han encontrado en la posverdad una herramienta de acumulación política que tiene su anclaje territorial en las redes sociales y que encuentra rápidamente, por la segmentación propia del algoritmo, a los replicadores necesarios para que posiciones extremas parezcan algo que forma parte del tan “manipulable” sentido común.
En argentina, según el informe de We Are Social (2023) 36.35 millones de personas son usuarios activos de redes sociales siendo Instagram y Facebook las más consumidas, y según un estudio de la Fundación COLSECOR, el 50,4% de los usuarios se informan a través de estas redes. Actualmente el acceso de la ciudadanía a la información es universal e irrestricto, gracias al fenómeno de las redes, pero también esto ha generado la proliferación de fake news que debido a la sobre estimulación informativa, nos es muy difícil reconocerlas y moldean nuestras opiniones sobre ciertos temas.
Desde la muerte de la “Ley Bases” el presidente a través su cuenta de X y en posteriores declaraciones públicas, comenzó a construir la idea de que bajar el Proyecto era una estrategia calculada con antelación para dejar expuesta ante todo el pueblo argentino a una casta obstruccionista que solamente legisla para sus intereses particulares y el cuidado de supuestas “cajas de la política”. Estas cajas, son los Fondos Fiduciarios para el Fomento de diferentes actividades económicas, productivas, científicas o sociales; como, por ejemplo, el Fideicomiso que financia el subsidio destinado a la tarifa de gas de las zonas patagónicas o “Zonas Frías” que beneficia a más de 13 millones de argentinos.
Otro ejemplo similar, donde Milei sufrió lo que sin lugar a dudas fue una derrota de proporciones que parecía poner en riego su llegada a la Casa Rosada, fue el Debate Presidencial. Sergio Massa se mostró altamente superior en todos los aspectos que hacen a un Hombre de Estado y se vio un Javier Milei nervioso, titubeante y que claramente desconocía las implicancias del puesto para el que la sociedad debía brindarle su apoyo. Sin embargo, rápidamente el periodismo que militaba por su presidencia comenzó a construir la idea de que UxP llevo un ejército de “tosedores” que lo desestabilizaron y por eso había mermado su performance y se replicó rápidamente por redes. Finalmente, en posteriores encuestas de opinión, aquella incapacidad manifiesta vista por todos resultó en un activo que humanizaba y denotaba su característica de hombre común a un candidato que venía a dar la batalla contra el Político Profesional que uso oscuras artes para desestabilizarlo y no dejarlo expresar su visión del país con claridad. Resultó en una victoria para Javier Milei.
No se puede pasar por alto que La Libertad Avanza encontró su territorio de acumulación política en las redes sociales, y en la posverdad, una herramienta para la construcción de sentido. La política tradicional pareciera, todavía, no encontrar un mecanismo efectivo que le permita dar una batalla efectiva en este campo de disputa del sentido. Milei fue un fenómeno político vertiginoso, sin formación política y sin estructura, le gano a los dos espacios mayoritarios de la política argentina. Queda claro entonces, que las redes sociales son hoy un territorio fundamental para la construcción de mayorías que permitan a la política llevar adelante grandes transformaciones.
Hoy Milei se enfrenta a su primera gran derrota política, una que podría haberle generado una herida muy profunda y que guiado por su nulo manejo de la frustración podría generar que se dinamiten todos los puentes con un sector de la política que se encuentra casi obligado a ayudarlo para no perder su capital político; sin embargo, hoy no podemos apresurarnos a decretarlo. Debemos esperar a ver como evoluciona el relato de “La Casta”, que este corre a la par con la economía, y que pareciera que todavía es efectivo ante los primeros resultados (malos) de su política económica. La oposición pudo festejar el “Vicentin” de Milei, esperemos que también puedan aventurarse a dar la batalla donde la propone el presidente, ya que si se sigue abandonando el territorio digital puede que estemos ante una victoria pírrica que le permita al León encontrar la excusa necesaria para prescindir del sistema republicano y eso tenga el acompañamiento de una sociedad que descree de todo, incluso de la Democracia.