Javier Milei, el presidente, ha vuelto a demostrar su desprecio por el diálogo y la cooperación democrática con sus recientes declaraciones en el cierre del 41º Congreso Anual del IAEF. Milei anunció con tono desafiante que vetará cualquier proyecto aprobado por el Congreso que implique un aumento del gasto público. “Yo les aviso, por si les interesa, que cualquier proyecto que manden desde el Congreso, que quieran romper el equilibrio fiscal, romper la caja y hacer volar este país por los aires, se los voy a vetar, me importa tres carajos”, afirmó con su característico desdén por las instituciones democráticas y la pluralidad de opiniones.
Este exabrupto llegó justo después de que la oposición lograra un avance significativo en la Cámara de Diputados con un proyecto para financiar las universidades y restituir el Fondo de Incentivo Docente (Fonid). Estas medidas serán tratadas en comisión el jueves, pero el presidente ya ha dejado claro que no permitirá su avance si considera que afectan su rígido concepto de equilibrio fiscal.
En cuanto al tratamiento demorado de la ley ómnibus en el Senado, Milei mostró su impaciencia y falta de respeto por el proceso legislativo: “Si el Congreso no me saca ahora las reformas estructurales, no me importa, lo voy a volver a intentar”. Sus palabras reflejan una actitud autoritaria y una amenaza directa a la oposición: “Y si no me la dejan pasar, la paliza electoral que le vamos a dar el año que viene va a ser que cambie la composición del Congreso y pasemos todas las reformas”.
Además, el presidente subrayó su intención de gobernar por decreto si es necesario, afirmando que tiene “300 reformas del DNU” listas para implementarse, y que aún tiene pendientes “3.200 reformas”. Este enfoque no solo ignora la separación de poderes, sino que también sugiere una agenda radical y poco transparente.
Milei también se refirió al conflicto diplomático con España de una manera que podría calificarse de inmadura y provocativa, al comparar su situación con una trama de El Zorro y lanzar una amenaza velada al presidente español, Pedro Sánchez: “Igual ya lo tengo a match point a Pedrito. Pese a lo que diga la progresía mediática”.
Estas declaraciones del presidente Milei revelan un estilo de liderazgo confrontativo y autoritario, que parece dispuesto a sacrificar el diálogo y la cooperación en favor de una agenda personal y centralista. Su actitud desafiante y su desprecio por las instituciones democráticas plantean serias dudas sobre su compromiso con los principios fundamentales de la gobernanza democrática.